Fachada doble piel con sistema de muro cortina para la Sede de la Autoridad Portuaria de Bilbao
Este edificio, sede de la Autoridad Portuaria de Bilbao, se ha convertido en un referente dentro del paisaje del recinto portuario, alzándose con su verticalidad en el plano horizontal predominante. Está compuesto por un cuerpo bajo adaptado al terreno, y un elemento vertical con una clara voluntad de transparencia. Su envolvente compuesta por una doble piel consigue, a través de juegos de color en sus vidrios, un efecto de velo camaleónico que varía de tono en función de la incidencia de la luz y las condiciones meteorológicas.
La torre alberga el uso principal de oficinas mientras que el la pieza inferior de zócalo recoge el uso público del edificio. La materialidad de la torre busca una percepción ligera del edificio y la continuidad matizada entre exterior e interior. La apertura puntual de la piel exterior en las esquinas muestra su configuración funcional de llenos y vacíos con diverso carácter, bien con una apertura total dejando ver una masiva estructura interior, bien con la colocación de lamas reforzando la protección solar y singularizando ciertos espacios.
Las dobles pieles permiten un mayor control de las condiciones higrotérmicas del interior de edificio. En este caso, la protección solar combina las lamas horizontales con la continuidad de la piel exterior de vidrio, lo que genera una cámara con ventilación controlada. Hay que destacar en este caso la rigurosa modulación de la piel interior que favorece la lógica de montaje del muro cortina modular, y el ritmo pautado de la piel exterior, matizado sutilmente por el uso de vidrios de diversas tonalidades. El proceso constructivo en obra de las fachadas modulares es rápido y sencillo, gracias una meticulosa organización de las diferentes fases y al nivel de acabado de cada módulo que se logra en taller. Las condiciones climatológicas y medioambientales juegan un papel fundamental en el establecimiento de los requisitos técnicos y funcionales del sistema de muro cortina, lo que en este caso fue fundamental debido a la cercanía del mar y a la exposición a la que estaba sometido el edificio.